El fuego arrasó siete torres de un complejo residencial y dejó más de 400 víctimas entre muertos, heridos y desaparecidos. Las autoridades investigan el uso de materiales inflamables que habrían acelerado la tragedia.
Un incendio de gran magnitud arrasó el complejo residencial Wang Fuk Court, en Tai Po, dejando 55 fallecidos, 76 heridos y 279 desaparecidos, en lo que se considera el peor siniestro de este tipo en Hong Kong en tres décadas. El fuego, que se inició la tarde del miércoles, afectó siete de los ocho edificios de 31 pisos del conjunto habitacional y fue calificado por las autoridades como una “catástrofe masiva”.
Materiales inflamables aceleraron el fuego
Los primeros informes indican que las llamas se originaron en uno de los bloques y se expandieron rápidamente por los andamios de bambú y lonas de seguridad instalados para obras de remodelación. El director de Bomberos, Andy Yeung, señaló que el uso de poliestireno expandido y lonas impermeables actuó como accelerante, permitiendo que el fuego se propagara tanto vertical como horizontalmente.
El jefe del Ejecutivo, John Lee, aseguró que el incendio ya está “totalmente controlado” y anunció un fondo de 300 millones de dólares hongkoneses para atender a los damnificados. En las labores de emergencia participaron 1 250 bomberos, 304 unidades de rescate y cuatro drones, aunque advirtieron que los andamios aún presentan riesgo de colapso.
Detenciones y apoyo internacional
La policía detuvo a dos directores y a un consultor de ingeniería de la empresa contratista encargada de las obras, acusados de homicidio imprudente por emplear materiales prohibidos. Las autoridades también allanaron las oficinas de la compañía y las viviendas de los implicados para determinar responsabilidades.
El presidente Xi Jinping envió sus condolencias y pidió redoblar esfuerzos para reducir las pérdidas humanas. Grandes empresas como Alibaba, Ant Group, BYD, NetEase, ByteDance y Didi anunciaron donaciones millonarias para apoyar a los afectados.
Este siniestro supera en víctimas al incendio del edificio Garley ocurrido en 1996, que dejó 41 muertos y marcó uno de los peores episodios en la historia de Hong Kong.